Cuando hablamos de la anestesia, las opiniones entre los pacientes suelen ser muy dispares. Por un lado, hay personas que la piden con frecuencia para evitar cualquier malestar. Por otro, hay quiénes la temen y prefieren evitarla. Este miedo puede acabar pasando factura a la salud bucodental ante la negativa por recibir un tratamiento en el que se deba aplicar este método.
¿Qué es la anestesia?
La anestesia es una técnica que permite llevar a cabo procedimientos complejos gracias a su efecto anestésico, sin ella sería casi imposible de sobrellevar el dolor. Utilizada tanto en Medicina como en Odontología, su descubrimiento en 1844 supuso todo un cambio de paradigma.
Aunque diferentes investigadores ya habían realizado experimentos con gases y sustancias, fue un dentista americano llamado Horace Wells quién decidió dar el paso de mostrar sus resultados.
En la actualidad, existen diferentes tipos de anestesia en Odontología y optar por un método u otro va en función del tipo de tratamiento dental al que se someta la persona.
¿Cuánto tiempo tarda la anestesia en desaparecer?
El tiempo de duración de los efectos de la anestesia local es muy variable porque depende de múltiples factores. Por ejemplo:
- Del tipo de anestesia que se ha utilizado.
- De la técnica a la cual se ha recurrido.
- Del lugar exacto donde se ha realizado la punción para inyectarla.
- Si se ha añadido al anestésico local un fármaco vasoconstrictor, ya que este aumenta la acción de bloqueo sensitivo, además de prolongar su efecto.
Así que, si bien dependerá de cada caso, os animamos siempre a no tener ningún temor. Hoy en día, los profesionales del sector sanitario tienen amplias nociones sobre ello. Es un método fiable, con escasos efectos secundarios. El más común, por ejemplo, es que los tejidos tarden un poco en «despertarse» después de su aplicación pero es algo totalmente normal.
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