La cavidad oral es uno de los lugares del cuerpo donde más piercings se colocan, ¿lo sabías? En concreto, las zonas más habituales son la lengua, los labios, el frenillo, e incluso las mejillas.
El dolor al ponerlos no es la peor de las consecuencias, puesto que se trata de algo pasajero. Aunque, honestamente, desde nuestra clínica dental en Zaragoza te recomendamos evitar ponerlos en la boca porque es la única forma de impedir los efectos negativos en la cavidad oral y la aparición de ciertos problemas bucales. ¡Sigue leyendo para conocer más!
¿Qué riesgos tienen los piercings orales?
Una de las principales consecuencias del piercing en la salud bucodental es la aparición de infecciones porque para colocar estos elementos se genera una herida en los distintos tejidos de la boca, que tardará en cicatrizar debido a las propias características de la cavidad bucal. Algunas de ellas son la humedad de la zona y la elevada presencia de bacterias.
Por otro lado, el piercing como tal, también será un foco de acumulación de bacterias, por eso hay que extremar las precauciones y la higiene tras su colocación. Muchas personas no lo saben pero, incluso el material con el que se hace, puede provocar graves alergias en los tejidos. La inflamación, sangrado o infección son tres las señales más características de que el material no es hipoalergénico.
En cuanto a la salud dental pueden causar la aparición de problemas como maloclusión, daños en encías, fracturas en los dientes, y, en última instancia, pérdida de algunas piezas dentales. Así que… Por favor, ¡piénsatelo dos veces!
En caso de tomar la decisión, es aconsejable acudir a consulta para recibir los consejos profesionales acerca de sus cuidados. ¡Ven a visitarnos a nuestra clínica dental en Zaragoza!